Dos peticiones de oración desde Donetsk, Ucrania: «Primero, que el agresor sea detenido. Después, que Dios nos conceda la paz mental para ser capaces de responder con carácter cristiano y no con odio humano».
Viajando 650 millas hacia el sur desde Moscú hasta Lugansk, Ucrania, por su propia cuenta, el ahora secretario general de la Alianza Evangélica Rusa (REA), Vitaly Vlasenko, está dando pasos en lo que ahora parece ser una zona de guerra. Los separatistas ucranianos apoyados por Rusia tienen el control de la región de Donbás en el suroriente de Ucrania desde el 2014, y para el año 2018 ya habían diseñado las reglas para los nuevos registros de iglesias, con la suposición de que se respetarán los principios de libertad de conciencia y de reunión.
Pero dos años antes de eso, las autoridades rebeldes de Lugansk habían declarado a los bautistas y a los pentecostales como una amenaza a la seguridad. Varios pastores han sido asesinados y múltiples iglesias han sido tomadas bajo el control de las fuerzas rebeldes. En total, el conflicto ha dejado más de 14.000 personas muertas y ha desplazado a 2 millones de personas en la región de Donbás, de una población originaria de 5 millones.
Y justo ahora, cuando Rusia ha lanzado una invasión abierta en Ucrania, las preocupaciones sobre la situación de los cristianos en estos territorios es más aguda que en cualquier otro momento reciente de la historia del país.
La reacción de la iglesia evangélica rusa
Una vez etiquetado como un espía, el hoy secretario de la Alianza Evangélica Rusa, Vitaly Vlasenko, está tratando de ayudar a sus hermanos evangélicos de Ucrania desde el lado ruso de la frontera.
“Nuestros hermanos en Cristo en Ucrania están gritando: ‘¿Por qué no presionan a Rusia para que detenga esta agresión?’ dice Vlasenko. “Nosotros les decimos que somos una pequeña minoría sin reconocimiento por parte del estado y que no tenemos información clara de lo que está sucediendo sobre el terreno”.
Pero pese a la influencia que pudiera tener en algún aspecto la iglesia evangélica rusa, la realidad es que hoy las perspectivas políticas y los intereses de los estados involucrados tienen mucho más peso que cualquier presión a Rusia desde dentro.
Así, lo que se observa hoy es que la situación no tiene ninguna perspectiva positiva, según admite el líder de la Alianza Evangélica Rusa. Las relaciones entre los evangélicos y las naciones vecinas han estado empañadas por tensiones, y algunos han asumido lo peor después de su viaje en diciembre de 2018 para hablar con las autoridades rebeldes de Donbás para seguir el nuevo proceso de registro para las iglesias.
En realidad, Vlasenko dijo que su visita a Ucrania desde Rusia fue acordada gracias a conexiones previas con los líderes de la iglesia cristiana ortodoxa en Lugansk. “Tu iglesia recibió el registro por parte de los rebeldes en Lugansk”, le dijo Vlasenko a su contraparte de la iglesia ortodoxa. “¿Dónde está hoy nuestra solidaridad cristiana?”, insistió él a modo de queja por no haber abogado por las iglesias evangélicas.
Iglesias evangélicas sin gas y energía eléctrica
Sin registros en las áreas que se encuentran bajo el dominio de las fuerzas rebeldes de Donbás, las iglesias quedan desconectadas de las redes de gas y electricidad. Todas las iglesias evangélicas que quedaban en Donbás estaban operando ilegalmente, pero algunas todavía hacían uso de sus instalaciones. Sin embargo ahora está el problema del invierno y del frío que este trae consigo y que solo puede ser enfrentado eficazmente mediante una red de calefacción.
El arzobispo metropolitano ortodoxo de la región está de acuerdo en que esta situación está mal y ha facilitado los contactos de los líderes evangélicos con el funcionario de asuntos religiosos local. Después de eso, a Vlasenko se le dijo que los procesos de registro podrían darse una vez que se completarán todos los procedimientos. Él pasó esta información a sus colegas ucranianos, pero hasta el día de hoy, él afirma, las relaciones con las nuevas autoridades se encuentran en un punto muerto.
“Entiendo que ellos están en una situación difícil”, dijo Vlasenko. “La mayoría de sus iglesias tienen sus sedes centrales en Kiev, de manera que ¿Cómo pueden ellos aceptar los procesos de registros [en las zonas rebeldes] y luego explicar esto a sus hermanos en la capital del país?”
Pero las iglesias en Donbás enfrentan una elección: Continuar sufriendo, o continuar su ministerio. Vlasenko permanece neutral ante esta situación, dado que siendo él un ciudadano ruso no puede brindar su consejo.
Dentro de los problemas de libertad religiosa registrados en Donbás por la Alianza Evangélica Europea, se incluyen los siguientes:
- Muchas iglesias son ilegales y no pueden reunirse, especialmente las evangélicas y las ortodoxas ucranianas (es decir aquellas que no están sometidas al patriarcado de Moscú). Todas las denominaciones son clasificadas como extremistas sin justificación alguna.
- Gran parte de la literatura cristiana se encuentra prohibida, incluyendo la traducción sinodal rusa de la Biblia. Las construcciones de las iglesias han sido incautadas por la fuerza y la Universidad Cristiana de Donetsk ha sido ocupada por soldados rebeldes.
- El sistema de registro para las comunidades de fe es totalmente injusto y arbitrario. Las iglesias han encontrado que sus aplicaciones de registro son rechazadas o han sido liquidadas tiempo después de haber sido aceptadas, por ser supuestamente iglesias “extremistas”.
- Hasta la fecha, solo unas cuantas iglesias evangélicas han sido “legalizadas” en Lugansk. Igor Bandura, vicepresidente de la Unión Bautista de Ucrania, dice que los procesos de registros están diseñados para ser imposibles. Pero en la Donetsk ocupada, la otra mitad de la región de Donbás y también operando bajo sus propias leyes y liderazgo de los rebeldes, ha habido más flexibilidad.
Unión Bautista designado como un “grupo terrorista
Lugansk ha designado oficialmente a la Unión Bautista como un “grupo terrorista”, dijo Bandura, de manera que la iglesia opera en la clandestinidad. En general en Donbás, solo la mitad de las cerca de 100 iglesias permanecen todavía como funcionales.
Los procedimientos están en marcha con las autoridades rebeldes de Donetsk para unir a tres grupos bautistas separados bajo un solo liderazgo, esto con el fin de asegurar los procesos de registro.
“Si esta es la forma (por medio de una unión de iglesias locales) en la que tú puedes preservar tus iglesias y los ministerios, nosotros no estamos en contra de eso”, dijo Bandura. “No estamos animando o recomendando nada —y asumimos que este tipo de arreglos es solo temporal”.
Otras iglesias en Donetsk todavía encuentran que los requerimientos que se les exigen son muy difíciles de cumplir.
Iglesia pentecostal de Ucrania
Pero Yuriy Kulakeviych, el director de asuntos internacionales de la Iglesia Pentecostal de Ucrania, piensa que las cosas pueden estar moviéndose en la dirección correcta.
“A Rusia le gusta presumir de que mantiene sus estándares de libertad de religión”, dice Kulakeviych. “Pero justo ahora, somos ilegales”.
La situación es diferente en Crimea (un territorio que hoy forma oficialmente parte de la Federación Rusa y que hasta el 2013 era parte de Ucrania). Rusia llevó a cabo un referendo de anexión tan pronto como invadió el territorio —aunque ilegal según las leyes internacionales— y formalmente incorporó la península del Mar Negro en su territorio.
Los pentecostales por su parte se están habituando a la nueva realidad.
“Hemos visto el proceso (de registro) como el mejor modo para sobrevivir”, dijo Kulakevych. “Y los líderes pentecostales rusos son todos misioneros ucranianos de hace 30 años; nosotros los conocemos”.
Pero no todas las relaciones son buenas. Lo que Kuylakevych denomina el segundo grupo pentecostal más grande de Rusia es pastoreado por un líder “100 por ciento comprometido con la agenda política del Kremlin en Ucrania”.
Incluso dentro de su propia red, las relaciones han sido difíciles. Kulakevych habló sobre la frustración de la Iglesia Pentecostal Ucraniana en el 2014 y de ahí en adelante, cuando sus contrapartes de Rusia no protestaron por el sufrimiento de la iglesia ucraniana. Pero después de esto, él supo que como ciudadanos, los evangélicos rusos están sufriendo incluso más.
Grupos pentecostales declarados como indeseables en Rusia
En agosto de 2021, Rusia declaró a los grupos pentecostales Nueva Generación de Ucrania como “indeseables”, prohibiéndolos de forma efectiva en el país. Y en octubre, nuevas regulaciones tomaron efecto imponiendo a todos los ministros religiosos que cursaran un programa oficial sobre las relaciones entre la iglesia y el estado para poder certificar sus ministerios.
La indignación ha sido sentida de forma particular en Ucrania, y Kulakevych ha estado alzando su voz para defender a sus hermanos rusos en el país.
“Tengo que calmar a nuestros hermanos exaltados (en Ucrania), los cuales demandan que (los evangélicos rusos) hablen en contra de Putin”, dijo Kulakevych. “Nosotros no estamos en su posición, y no entendemos los riesgos que ellos están tomando a favor del evangelio allí”.
Igor Bandura llegó a una conclusión similar hace dos años, cuando la Unión Bautista de Rusia llegó a Ucrania. Molestos por años de conformismo, los cuales también han visto ejemplos de sentimientos anti ucranianos en Rusia, los líderes bautistas rusos y ucranianos han tenido reuniones con sus contrapartes de Ucrania para empezar a sanar las relaciones dentro de la iglesia evangélica. Después de reuniones a puerta cerrada de dos días, sin declaraciones públicas, los problemas entre las iglesias de ambas naciones parecen haberse solucionado.
“Entendemos la situación de libertad religiosa en Rusia, sabemos que es terrible y ya no esperamos que nuestros hermanos rusos hablen por nosotros los ucranianos”, dijo Bandura. “Es suficiente si ellos se mantienen en silencio”.
El secretario general de la Alianza Evangélica Rusa, Vitaly Vlasenko, sin embargo, sí quiere hablar cuidadosamente. Él cree en la independencia de Ucrania. Él quiere que los evangélicos de ambos países puedan comunicarse con sus líderes nacionales para hacerles saber que la guerra no es la respuesta a los problemas políticos. Y como pastor, él cree que debe perseguir la paz y la reconciliación.
Pero Rusia está agitada también. Si Ucrania se une a la OTAN, los misiles balísticos de Occidente podrían estar en Moscú en cuestión de minutos. Es por el bien de la paz, dice Vlasenko, que Rusia puede y debe construir gasoductos hacia Europa. Vlasenko también tiene un conocimiento de primera mano de la situación en Crimea, ellos querían la anexión a Rusia, pero Ucrania nunca habría permitido un referendo legal en esa región.
Y por las agresiones en Donbás, el entendimiento entre los ciudadanos locales es que la revolución del 2014 en Ucrania instaló un gobierno nacionalista que quería sacar, e incluso matar, a los hablantes rusos de Ucrania en sus regiones históricas.
“Quizá esto fue verdad, o quizás fue propaganda”, dice Vlasenko. “Pero Rusia afirma que esto fue así, y yo no puedo probar que las cosas son de otra manera sin tener la evidencia oficial”.
La situación es clara y sencilla para los ucranianos.
“Ucrania siempre ha irritado a Rusia”, dice Oleksandr Turchynov, ex presidente interino de Ucrania y un predicador laico en la Iglesia Bautista de Kiev. “La democracia, e incluso nuestra existencia misma, es una amenaza para el régimen de Putin”.
¿Qué es lo que reportan las iglesias evangélicas en Ucrania en este momento?
Mientras los rusos invadían Ucrania este 24 de febrero, una casa bautista fue destruida y un seminario sacudido por explosiones cercanas, aunque fuentes locales dijeron a Christianity Today que ninguna iglesia o edificio cristiano ha sido atacado hasta ahora.
El presidente Vladimir Putin anunció que sus fuerzas estaban apuntando solo a instalaciones militares y también afirmó que Ucrania realmente no existe como nación.
Igor Bandura, vicepresidente de la Unión Bautista, el organismo protestante más grande de Ucrania, se enteró de los daños colaterales en la casa de un bautista en Donetsk durante una llamada de Zoom con sus 25 superintendentes regionales.
“La gente no quiere estar bajo el control ruso”, señaló Bandura. “Pero se sienten impotentes. ¿Qué puede hacer la gente común? Orar y mantener la calma”.
Mientras tanto, en Donetsk, donde 25 equipos misioneros han estado trabajando para establecer iglesias, las líneas de gas requieren una espera de horas para un suministro racionado de cinco galones. Las tiendas de comestibles sufren estantes vacíos, ya que los ucranianos se abastecen de alimentos y agua de emergencia.
Bandura transmite las dos principales peticiones de oración de su supervisor.
“Primero, detener al agresor”, dijo. “Pero luego tener tranquilidad, para responder con carácter cristiano y no desde el odio humano”.
¿Cómo están reaccionando las iglesias cristianas de Europa ante las tensiones más recientes y la invasión rusa a Ucrania?
Ante la invasión a Ucrania por parte de Rusia, muchas personas han huido del país, mientras que otras tratan de continuar con sus vidas en un ambiente que no se parece en nada a una vida normal.
En toda Europa, las iglesias cristianas han reaccionado a la actual situación y han expresado su deseo de que cesen los ataques y se pueda encontrar un pronto acuerdo.
En un comunicado, el Consejo de Iglesias y Organizaciones Religiosas de Ucrania calificó los ataques (por parte de Rusia) como “no provocados” y argumentó que “la verdad y la comunidad internacional están del lado ucraniano”.
El consejo representa a 15 iglesias, organizaciones religiosas y una organización inter-eclesial que abarca las tradiciones ortodoxa, católica, protestante y evangélica. El organismo inter-denominacional busca el “renacimiento espiritual de Ucrania”.
“Creemos que el bien prevalecerá con la ayuda de Dios”, dice el comunicado. “Apoyamos a las Fuerzas Armadas de Ucrania y a todos nuestros defensores, los bendecimos en su defensa de Ucrania del agresor y ofrecemos nuestras oraciones por ellos”.
El miércoles, el consejo emitió un llamado a Putin para que “detenga el creciente fuego de la guerra”, y agregó que “el pueblo ucraniano no busca la guerra”.
En la madrugada del jueves, Putin anunció el inicio de una “operación militar especial” en Ucrania que, según dijo, desmilitarizaría al país vecino. Afirmó que los ataques eran parte de la “desnazificación de Ucrania” y que tenían como intención proteger a los ciudadanos rusos que se encuentran en los territorios independentistas.
Por su parte, el Consejo Mundial de Iglesias, la organización ecuménica más grande del mundo y que agrupa a cientos de iglesias protestantes, anglicanas y ortodoxas, se manifestó también en contra de las hostilidades
En su sitio web, el Consejo Mundial de las iglesias publicó las siguientes declaraciones:
El Consejo Mundial de Iglesias denuncia cualquier uso de la fuerza armada letal para resolver disputas que podrían resolverse mediante el diálogo. Creemos firmemente que el diálogo, basado en los principios del derecho internacional y el respeto de las fronteras nacionales establecidas, fue y es el camino adecuado para la resolución de las tensiones que rodean a Ucrania. Pedimos el fin inmediato de las actuales hostilidades armadas y la protección de todas las vidas humanas y comunidades amenazadas por esta violencia. Instamos a todas las iglesias miembros y a todas las personas de buena voluntad de todo el mundo a unirse a nosotros en oración por la paz para el pueblo de Ucrania y la región.