Adenis García. Maracay.- Cristopol es un ministerio que nació en Perú, en donde Dios se lo dio en visión al pastor Luis Peves de la Policía Nacional de Perú hace 17 años y hoy en día está presente en más 15 países.
CRISTOPOL es un ministerio para predicarle y llevarle el mensaje de salvación a los policías, un lugar a donde quizás la iglesia tradicional no llega.
El presidente de CRISTOPOL en Venezuela es el pastor Hugo López, comisionado Jefe de la Policía de Chacao.
Delegaciones de CRISTOPOL están presentes en los Estados Zulia, Aragua, Carabobo, Trujillo, Anzoátegui y Lara.
Entrevistamos al Supervisor de la Policía de Aragua Jesús Zambrano, delegado de Cristopol en el estado Aragua quien nos dice:
«Dios ha levantado hombres dentro de la institución que la conocen y saben cómo hablarles a los policías. Aquí en Aragua le llevamos Palabra de Dios a los privados de libertad, a los policías en los comandos, aquí en el comando central hacemos servicios todos los jueves a las 9:00 a.m. Hemos hecho operativos en el área de pediatría del Hospital Central de Maracay, actividades para los niños en los barrios y les preparamos sopas.
Los niños muchas veces nos tienen miedo pero con este trato hacia ellos logramos cambiar su actitud».
¿Cómo perciben los policías a los miembros de CRISTOPOL?
Al principio en mi caso particular, no querían trabajar conmigo porque sabían que yo no me iba a prestar para irregularidades. Pero ellos han aprendido como somos por el testimonio que hemos guardado y ahora si les gusta trabajar con nosotros. Ellos ven que la gracia de Dios está sobre uno y donde uno llega el ambiente cambia, la gente te ayuda, te dan agua, refresco, etc., sin tener que forzar a nadie.
¿No los perciben como débiles a la hora de utilizar las armas?
Ellos me preguntan siempre sobre eso y yo les leo en el libro de la Biblia de Romanos 13:1-5 “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”.
La espada es un arma y nosotros portamos armas.
¿De la utilización de las armas pueden resultar personas muertas?
El asesinato y la violencia están condenados por la Biblia como un mandamiento. Se asesina con premeditación, pero si en un enfrentamiento policial tu matas a alguien en defensa propia, tu no estas asesinando. Es diferente a que tú mates a alguien que ya está sometido o se ha rendido. Allí tu estas asesinando.
Unas palabras para sus compañeros policías.
Yo estuve un tiempo haciendo lo que creía bueno dentro de las fuerzas policiales. Un día conocí a Jesucristo y a través de su Palabra entendí lo que Él aprobaba y desaprobaba.
Yo había aceptado a Cristo y todavía hacia ciertas cosas que a Él le desagradan, hasta que como 2 años después de convertido venia en la moto en la autopista, me puse a orar y me puse a llorar. Me pare en la entrada del túnel de La Cabrera en Maracay y dije Señor perdóname, me voy de la policía. Allí había una grúa parada, me acerque y había un hombre leyendo la Biblia y me dijo “Varón te estaba esperando. Tengo una palabra para ti”.
Me leyó Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”.
Me dijo vamos sentarnos y a ponernos a cuenta. Vamos a empezar de cero, anda en rectitud. Esa palabra me atravesó el corazón y para la gloria de Dios he tratado de mantenerme firme.
Les digo a mis compañeros que no es fácil, pero Jesucristo esta para ayudarnos y socorrernos en todas las ocasiones de nuestras vidas.